retazos de niñez

Ese mensaje que llegó, pasado las 2 de la mañana, rebosante de sonrisas y dientes, barba acopiada y música propia, esa historia que empezó a abrirse, de un niño que hablaba solo al mundo, que gritaba en una ventana en blanco, que esperaba que alguien lo escuchara y que aunque no fuera así, quedaba feliz de haberse expresado, ese niño también fui yo, está detrás de esta careta que envejece cada día, que escribe cartas a diario, sin esperar respuestas, que mira las estrellas comunitarias. Ese niño con los bolsillos llenos de sueños brillantes y coloridos como canicas de diferentes tamaños, como tesoros de infancia en un cajón sin seguro, inocente, trillado, confiado, que nadie los robara. Tengo que hablarte ahora, y lo hago sin hacerlo, porque tengo que conocerte, porque se que ahora tienes nombre, y empieza con erre.