empieza el color ebrio
notándose poderoso
incólume y escandaloso
uno tan poderoso
rugiente y despilparrafoso
que habla palabras que no existen
que son suyas y así su tiempo
que dura minutos llenos de horas
y oras tú un rugido
en el horizonte
y cuando estés echado en el vértice
del vertical teatrero inmenso
y estés de nuevo en el vientre
de tu amante tardío
pensarás que es un septiembre
nuevo y tan sombrío
que a su vez tiene tanto brillo
que los lentes de sol
serán muy apropiados
feliz 5 de septiembre, mis queridos críos
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2010-09-05
2010-09-01
01 - 09 - 10
camina naranja
y no emite sonido
permanezco callado
____________________a un costado____*brillando_
en el bendito zumbido*
de mi manía de morder
ahora va verde
esperado_____y gris
yo aún a un costado
de tu fucsia acostumbrado
que esperan_______________también
y no emite sonido
permanezco callado
____________________a un costado____*brillando_
en el bendito zumbido*
de mi manía de morder
ahora va verde
esperado_____y gris
yo aún a un costado
de tu fucsia acostumbrado
que esperan_______________también
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percepción
2010-08-20
Lo oculto - (2)
Mi percepción acerca de este familiar fue cambiando conforme fui creciendo, la verdad siempre la he apreciado mucho ya que ella era muy cariñosa conmigo e incluso tenía una foto mía de bebé en su cartera que la cargaba a todos lados. Las visitas de esta tía eran un tanto restringidas a la casa, ya que cuando venía se sentía un ambiente cargado, y hasta yo ya empezaba a darme cuenta que me empezaba a doler la cabeza cuando ella estaba cerca. Ella, cuando llegaba a algún lugar miraba cuidadosamente todo aspecto de la habitación, incluso hasta cuando le hablabas podías darte cuenta que estaba concentrada como barriendo con el pensamiento las cuatro esquinas de la habitación. Mi padre se oponía a que viniera a casa y siempre discutía con mi madre ya que era un familiar suyo.
Mi hermana mayor fue la primera en dejar la casa para casarse, pocos meses después aceptó mudarse a provincia con su esposo que era profesor de una universidad privada. Mi hermana es una persona muy nerviosa y se asustaba con facilidad en casa, para lo cual cuando yo era niño creo que ayudé a incrementar porque solía esconderme en los armarios o debajo de la cama para asustarla. Pero había un detalle del cual me había percatado; cada cierto tiempo no muy seguido mi hermana se enfermaba y no quería salir de su cama, mi madre cerraba la puerta y nos decía a mi hermano menor y a mi que no la molestáramos y que la dejásemos dormir. Me pude percatar al transcurso de los años que siempre coincidía con la muerte de un familiar, Susana se encerraba en su habitación y no iba al colegio y poco después o al día siguiente llegaba una llamada para comunicarnos el fallecimiento de alguien conocido.
(continúa)
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2010-06-30
un poco alto tal vez
vengo del viejo con vista atañada
tengo su misma piel cuarteada
sus historias en mi palma
sus hijos sobre mi cabeza
debo seguir
un poco alto
un poco bajo
muy fuerte mi voz?
muy suave tal vez?
Mata el hombre
Deja el niño
Bajo tu seno
Nada importa
no importa ya
que todos vean
mis colores pálidos
haciéndose fuertes
mientras mi rostro
queda cubierto
de pintura carmesí.
tengo su misma piel cuarteada
sus historias en mi palma
sus hijos sobre mi cabeza
debo seguir
un poco alto
un poco bajo
muy fuerte mi voz?
muy suave tal vez?
Mata el hombre
Deja el niño
Bajo tu seno
Nada importa
no importa ya
que todos vean
mis colores pálidos
haciéndose fuertes
mientras mi rostro
queda cubierto
de pintura carmesí.
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Pastruladitas,
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2010-06-05
Lo oculto
Desde que era chico las historias de fantasmas y cosas relacionadas habían sido de gran interés para mí. Uno de los recuerdos más remotos de mi infancia se sitúa con mis tios y primos reunidos frente a un televisor blanco y negro viendo una película de terror, desde entonces siempre veía debajo de mi cama o dentro del armario, sino no podía dormir. Otro de los recuerdos eran los comentarios que atrapaba mientras comía acerca de los rumores de un familiar. Había muchas bromas acerca de una tía abuela por parte de la familia de mi mamá, todos decían que era una bruja. Ella, larga y muy seria, y casi sacada de un cliché, vestía de negro y tenía el cabello un poco largo amarrado siempre en un moño. Yo siempre fui uno de sus favoritos, ya que me traía dulces y regalos y me abrazaba muy fuerte cuando llegábamos a visitarla. Su presencia era imponente y un tanto fuerte, muchas veces mi mamá y mi hermana mayor se quejaban de dolores de cabeza cuando estabamos en su presencia, más adelante me comentaron que eso era porque “las rezaba” y la verdad que no le daba importancia hasta que empecé a experimentarlos yo mismo. La idea de brujas y de la magia era lógico cuando era niño y las historias acerca de esta mujer daban rienda suelta a mi imaginación, lo cual hacía que pensara que cualquier cajón o gabinete en su casa tenía algún animal muerto.
(sigue...)
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2010-04-23
the last, last guardian
tan solo un año
parece más...
de la necesidad morbosa
de ver tus pelos escondidos
aureolas acumuladas
brillos opacados
fuxias desapercibidas
realidades asumidas
conformismos icónicos
conos invertidos
frases trilladas
duplicadas, triplicadas…
y les siguen
cayendo agua
a tus palabras
mi saliva
mis carcajadas
se quedan congeladas
en fotografías en sepia
con sabor a quinua
hasta la próxima vida
parece más...
de la necesidad morbosa
de ver tus pelos escondidos
aureolas acumuladas
brillos opacados
fuxias desapercibidas
realidades asumidas
conformismos icónicos
conos invertidos
frases trilladas
duplicadas, triplicadas…
y les siguen
cayendo agua
a tus palabras
mi saliva
mis carcajadas
se quedan congeladas
en fotografías en sepia
con sabor a quinua
hasta la próxima vida
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2010-03-17
Visión
Había una cierta expectativa en el aire; según el hombre que se presentó ayer en las noticias habría un fuerte terremoto el sábado de la siguiente semana. La mayoría estaban escépticos puesto que el hombre de 35 años, electricista de oficio, argumentaba que se le había presentado Dios y le había dado la revelación mismo pastorcito de la virgen. Con Biblia en mano se había paseado por todos los canales del medio que le abrieron la puerta para advertir a los infieles. Al día siguiente de su pronostico un fuerte temblor a media mañana hizo a la gente ponerse un algo nerviosa; ¿y si tiene razón?... ¿y si Dios en verdad se le había aparecido?... ¿si estábamos ignorando a un santo?... Era el comentario común en las oficinas y universidades, en la cama y en el baño... ¿será verdad?.
Carmela (de 76 años) había estado con hincones en el pecho desde que vio la noticia de la predicción, atormentaba al viejo (de 78 años) para que no saliera a la calle puesto que en cualquier momento se iba a acabar el mundo. Apartó todos los muebles que estorbaban un escape rápido a la puerta de la calle, hizo que la empleada limpiara y encerara toda la casa y puso su mejor bata cerca de la cama, de esa manera se sentiría preparada y se pasaba la tarde sentada junto a la puerta, rosario en mano, esperando al viejo que se había vuelto a escapar a la calle.
A un par de distritos, amaneció como de costumbre un parroquiano ajeno, con los ojos irritados por el insomnio aunque logró dormir un poco a partir de las 6 de la mañana. Se vistió luego de mirar por un rato al vacío y salió de su casa mirando a todos lados, con la noticia en la mente alucinaba como sería que las paredes se desplomaran de un momento a otro. Soñaba con la destrucción mas no con la muerte de otros... tal vez la suya; ya lo había intentado un par de veces, una vez con jeringas y otra con pastillas molidas, pero prefirió postergarlo para otra ocasión mejor planeada, esta vez sería perfecto, sin brazos amoratados ni diarreas, tal vez cuando le quitaran la mirada de encima; tal vez cuando se le acabara la satisfacción de la atención atraída. Soñaba con la agonía como gloriosa reivindicación de las horas perdidas en su habitación y pensaba que tal vez que esos segundos serían lo más parecido al vientre materno.
Caminó un par de cuadras más y seguía imaginando postes cayendo a su paso y con gente corriendo despavorida por la calle; pero en su mente seguía el pensamiento del Dios que le había hablado a un tipo ordinario... si fuera verdad... ¿por qué a ese tipo?... y si fuera verdad... ¿por qué a él no? ¿Qué se necesitaba para ser tan especial?
El viejo como de costumbre tomó el sombrero, de esos que ya no se usan, y salió a la calle sin decir a donde iba. La anciana tratando de mantenerse ocupada revisó nuevamente sus joyas y recuerdos de familia y se percató que faltaban algunas, siguió buscando y no cabiendo en su asombro verificó que faltaban más de las que pensaba, en la tarde rebuscó el cuarto de la empleada sin encontrar joya alguna. Luego vió al viejo entrar a la casa con un sombrero nuevo y un par paquetes debajo del brazo. Quiso pretender que nada sucedía y después de un par de golpes en la almohada, mandó a servir la comida.
A paso de tortuga llegó el día profetizado, muchos durmieron de pie y otros con un ojo abierto, a la hora predicha todos finalmente miraron el reloj cercano, esperando sin respirar que el segundero rebase la hora que había fijado el electricista, dejando las mentes entumecidas y confusas pasó la hora... todos se miraron en silencio, luego, como nada sucedía se encogieron de hombros y se fueron a tomar desayuno. En medio del silencio, exactamente a las doce del día empezó un remezón que pareció eterno, donde el viejo se desnucó cayendo por las escaleras enceradas y la vieja quedo muda en el segundo piso, mirando como planeaba el sombrero del viejo, que no se quitaba ni para ir al baño.
Todo el camino hasta el ataúd del abuelo (de 78 años) había sido demasiado aburrido, las paredes habían permanecido quietas, no habían postes desplomados, la gente caminaba como siempre metida en sus asuntos... el cuello de la camisa le picaba, se sentía inquieto, aún decepcionado... con una mueca en la cara miró aquel cuerpo sin vida, salía espuma de la boca del abuelo... En el vidrio del ataúd aún estaban tibias las lágrimas de la abuela (de 76 años) que seguían pidiendo perdón por haberlo empujado...
– y abuelo... que se siente morir?...
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2010-01-22
habitantes - 003
Ya no había motivo para esconderse, la mujer parecía estar en un trance mirando un punto ciego entre los muebles. Fue cuando recordé la mordida en la pierna, pero no tenía daño alguno, ni un rasguño; y la serpiente se deslizaba por la casa como el perro sin patas que parecía ser, parecía disfrutar ser libre del daño que podía hacer. No había mucho que hacer en esta casa, por lo visto la mujer había devorado todos los alimentos y sólo había fotos colgadas en las paredes y encima de los muebles; ella se quedaba ahí sentada, balbuceando, ya era hora de irme. Fue cuando sentí una voz en todo el cuerpo, la mujer también la escuchó buscando lentamente con la cabeza de donde venía; abrió los ojos exageradamente para luego cerrarlos complacida. Me resistía a la idea pero la curiosidad me venció, cerré los ojos como la mujer y traté de entender de donde venía esta voz, y empezó a hablar.
(continúa...)
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2010-01-20
Percepción - Habitantes 002
primera casa
me di la libertad de entrar en una de las casas que estaban con la puerta abierta, vi de lejos lo que parecía era una mujer sentada en un sillón de espaldas hacia donde yo estaba oculto. Me acerqué un poco y pude ver su larga cabellera marrón clara, casi rojiza. Estuve escondido unos momentos detrás de un mueble, tratando de observar de lejos a mi tácita inquilina, pero fue cuando sentí una fuerte presión en la pierna y un dolor fuerte pero soportable. Estaba absorto con la curiosidad de ver el rostro de la mujer y no me importaba lo que estaba pasando, incluso cambié de escondite a uno más cerca de la dueña de la casa. Volteé finalmente y sorprendí una serpiente de algún tipo mordisqueando mi pierna, podría incluso afirmar que era una cobra, ya que tenía una especie de orejas a los costados de la cabeza pero no me asusté, seguía curioso acercándome a la mujer, los mordiscos no me afectaban. Ella tenía ojos marrones verdosos acentuados por unas grandes ojeras y una papada amplia que denotaba un gran sobrepeso. Ella miraba un punto específico entre los muebles, donde habían fotografías ajenas y babeaba mientras pronunciaba palabras que estaban lejos de ser entendidas. La serpiente seguía prendida en mi pierna como si fuera un perro faldero nervioso, y fue cuando la mujer se puso de pie, se abalanzó hacia mi, tomó la serpiente y le arrancó los colmillos, y casi ignorando mi presencia volvió a sentarse.
(continúa...)
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2010-01-19
Percepción - Habitantes
Las ciudades están plagadas de animales de malas costumbres y soy uno de ellos. Las necesidades innatas mueven sus pasos y sus decisiones. Llegué a esta pequeña ciudad más por curiosidad que por error, sus particularidades eran muchas; diferentes a las demás, todos dormían a una determinada hora y compartían similitudes dentro de su individualidad. El perímetro de la ciudad estaba cercado por un rectángulo perfecto y los habitantes no parecían percatarse de mi presencia. Yo sólo entraba de noche para no levantar sospechas, paseaba por sus calles y miraba por sus ventanas. Podía entrar incluso a sus casas, porque las puertas estaban abiertas, era un invasor.
Cuando caminaba exhausto después de devorar sus comidas y usar sus cosas, me sentaba en algún sofá o cama disponible y cerraba los ojos satisfecho, a veces me quedaba dormido y era sorprendido por la luz del sol, pero me daba cuenta a tiempo para regresar y que nadie me viera. En esas veces que caía rendido, recuerdo vagamente que soñaba algo extraño, y podría afirmar que cada cierto tiempo se repetía el mismo sueño, pero sólo pasaba cuando estaba en estas calles, estas casas, pero parece que últimamente me persigue, incluso bajo mi propio techo.
(continúa...)
http://excusas.blogspot.com/
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2009-12-07
sombras luminosas
soy animal de malas costumbres, y una de ellas es aullarle a las sombras luminosas, me ha pasado demasiadas veces…
sombra luminosa #1
ja! de sólo recordarte se me ilumina el rostro, como esa primera vez que me comparé en mi pequeña miseria. Tus palabras suaves, bien dibujadas, que buscaban cohesión se mezclaron con mis resultados erróneos. Éramos/somos dos niños azules de corazón agujereado, y lo seguimos siendo a los treinta años. Pronto uno más uno será tres… y por fin serás uno con ellos.
quisiste acompañarme, no dejarme solo, aunque yo iba al sur y tú al norte
quisiste quedarte, pero alguien más te esperaba en el pasadizo
sólo quedan fotos con sombreros que ya no usamos
sólo, solo, yo solo
al fin solo, uno, yo también.
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2009-10-26
Percepción
...
Mientras estaban en el bus regresando de la playa, trató de dormitar un poco, ya que su acompañante estaba perdida en sus pensamientos y no le prestaba atención. Se acurrucó en el asiento como pudo y esta vez soñó algo relacionado con aviones, pero fue interrumpido por la canción desentonada de unos niños que subieron a mendigar dinero. Esto le parecía terriblemente molesto y volteó a mirar por la ventana tratando de ignorarlos. Pero las palabras en la canción de la niña empezaban a golpear su cerebro ya que no reconocía la letra e inconcientemente trató de prestar atención. “Diosito te va a castigar, si no ayudas a tu prójimo, Diosito te va a castigar” y repetía la misma frase más de cincuenta veces mientras el niño más pequeño saltaba y bailaba aplaudiendo. Jano no era de las personas que iba a misa, ya que en su edad adulta por fin se había rebelado contra las presiones de terceros respecto al tema de la religión. De niño, había sido atacado brutalmente por las creencias religiosas de su madre, abuela, tias y curas del colegio religioso donde lo programaron a ir a misa tres veces a la semana, rezar el ángelus al medio día y el rosario todas las noches porque sino la virgen no te abrirá la ventanita en el cielo (asumiendo que la puerta ya estaba cerrada) y finalmente, no serás recompensado por un dios que permanecía siempre en silencio. Por un segundo no pudo respirar por la aceleración de sus latidos y miró de reojo a su compañera, la cual estaba buscando su monedero en su tremendo bolso multiusos. Pasó la saliva con dificultad, buscó lo que tenía en el bolsillo y lo dejó caer en la mano de la niña sin siquiera mirar. Normalmente no acostumbraba dar dinero a los mendigos que abundan en la ciudad, mucho menos a niños que son obviamente manipulados por gente mayor, pero esta vez la niña había sido muy inteligente para romper la moral de esta gente indiferente; había apelado a “la culpa” y el miedo a un castigo o una recompensa divina a la que aspira una población criada en bases cristianas. Finalmente la niña se bajó del bus con más de cuarenta soles, incluyendo los ocho soles de Jano...
...
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