Eran dos aventureros espirituales. Entre ambos creció esa clase de amistad decisiva que perdura más allá del tiempo y de la distancia. Mientras que Cortázar creaba una obra excepcional, Guthmann se consagraba a la poesía, a la mística y a los viajes, pero no perdía de vista al joven escritor, que lo consultaba como a un oráculo. En breve se publicará el epistolario completo del autor de Rayuela (Alfaguara), que contiene las cartas entre estos amigos.
Por Alicia Dujovne Ortiz
Para La Nación - Buenos Aires, 2000
Para La Nación - Buenos Aires, 2000
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=214418
El artículo completo lo podrás encontrar en el link anterior, personalmente me gustó mucho, ya que Julio Cortazar es uno de mis escritores favoritos. Cortazar realmente me mostró que un escritor debe escapar tanto estructuras como clichés (sí, esa palabrita) claro que el efecto es retardado en mi persona, ya que no poseo el tiempo que quisiera para dedicarme, tal vez una escusa repetitiva en mí y en personas atrapadas en rutinas que no te dejan ganas de hacer nada (aunque si tengas tiempo). Pero hay veces que la chispa surge, con alguna idea o algo muy chévere que encuentras y hace que tus ojos brillen, sonríes solo, y quisieras contárselo a alguien que lo aprecie de la misma manera, lástima que la gente ande tan ocupada.
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