LOS ASHASHINS o ASSESSINOS
Los ASESINOS deban quizás este erróneo apelativo a la involuntaria equivocación de Marco Polo al traducirlo de la palabra persa “Ashashins”. Fue Marco Polo el primer europeo que narró en occidente las costumbres de esta sociedad secreta de los ashashins y su Jardín del Paraíso y los denominó de esa manera. Palabra más acorde con su denominación de origen y que según algunos estudioso de este tema podría significar “fumadores de hashish”. Estos Asesinos o Guardianes de la Tierra Santa son o fueron una Sociedad Secreta islámica casi déntica a la Orden del Templo, nació en Persia en el siglo XI como orden religiosa.
Los Asesinos fueron la facción más extremista del grupo religioso ismaelita (chiitas), musulmanes gnósticos de influencia zoroástrica que disputaron la herencia de Mahoma a los sunnitas ortodoxos, defensores del califato de sesin como el legítimo líder del Islam. El primer Gran Maestre conocido de los Asesinos fue Hassan el Sabbah, conocido como el Viejo de la Montaña. Refugiado con sus discípulos en el fuerte, en una zona casi de las montañas de Irán. Cuenta la leyenda que construyó junto a su castillo un jardín semejante al Paraíso de Mahoma con sus correspondiente huríes de ojos rasgados negros. Sus discípulos gozaban una especie de vacaciones en aquel paradisíaco lugar como premio, entre misión y misión, tras haber cumplido sus órdenes de asesinar a algún enemigo.
La traición o ruptura del silencio que guardaban celosamente de sus secretos, era duramente castigado, aquel que divulgara la existencia del grupo era condenado a muerte. Para los Asesinos la dualidad eran las dos caras de una misma cosa, cielo e infierno eran lo mismo, el bien y el mal no existiría fuera de la virtud de la obediencia ciega al imán. Su historia sus secretos, sus escritos y rituales se perdieron en el siglo XIII cuando el último Viejo de la Montaña conocido, se rindió a los mongoles de Ganghis Khan. Algunos de los discípulos asesinos consiguieron salvarse refugiándose en la India, de ellos algunos refundaron la orden ismaelita cuyo actual imán es el Agha Khan, de los otros, si es que aún existen, nunca más se supo.
Fuente : El enigma de las sociedades secretas Peter Gitlitz
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