A pesar que nos hicieron trabajar el lunes (hueveamos bastante), el fin de semana largo fue muy bueno. Empezó con la cena de despedida de Ticiana y Bernardo que se quedaron en casa en su breve visita a Perú (son de Brazil), y el desproporcionado combo para cinco personas del Choi Tac (ese chifa en Benavides donde hacen cola para entrar) en la mesa ya no entraban más platos y Ticiana miraba horrorizada que seguían trayendo más. Ella me preguntaba en su español masticado qué era cada cosa que traían (porco? Posho?). Bernardo estaba feliz porque es un tragón y probó y comió todo y al final sonreía, sobándose la barriga cual niño satisfecho. Me dio mucha pena que se vayan, porque fue muy chévere que estén en casa, pero está la promesa de verlos este diciembre para pasar año nuevo en Rio!. Luego de varias chupetitas improvisadas y la parrillita bajo techo porque estaba lloviendo (grande Diego con las costillitas BBQ!), puedo decir que estoy preparado para regresar a trabajar mañana (y que después de dos días sea sábado yeee!). Gracias chicos por estar ahi.
El camino finalmente está claro… pero... a dónde va?
0 háblame:
Publicar un comentario