2009-05-23

de la música y el cau cau picante con kión.


Ayer regresó la música a mi vida, ¿por qué? Porque por estúpido hace tiempo perdí mi ipod… y la verdad que sufrí por la pérdida, no por el valor nominal, sino por el significado que tenía para mí. Aprendí a trabajar con música a todo volumen en audífonos porque hace años trabajaba junto a una chica que se llama Ingrid, veíamos juntos el mismo producto y ella estaba a mi cargo. Al principio todo excelente, ya que nos llevábamos bien; ella medía metro y medio y simplemente era un happy tree friend, en todo sentido de la palabra. Cuando tomó confianza empezó a renegar por absolutamente todo lo que pasaba a nuestro alrededor, que si el aire acondicionado estaba muy fuerte, que si la música de alguien estaba muy alta, que tenia hambre pero no quería bajar a comprar, que sonó el teléfono, que le llegó un email, que se puso mal la toalla… no sé… de absolutamente todo. Aunque algunas personas no lo crean, tengo mucha paciencia, porque siempre doy el beneficio de la duda a las personas, y como estaba a mi cargo, tenía que estar pendiente de ella, muy aparte porque a pesar de las constantes ametralladoras quejas por segundo, avanzaba bastante rápido nuestros pendientes. La gente alrededor estaba harta de mi pequeña colaboradora y constantemente se enfrentaban por tonterias; pero considerando que habíamos logrado los mejores indicadores de toda la división yo le tenía muchas contemplaciones, y trataba de adelantarme a sus quejas, pero era sencillamente imposible. Hasta que encontré la solución y traje de mi pc unos dos mil mp3 y audífonos, y la calma llegó con susurros muy lejanos y tenues de sus quejas. Claro que dos meses después ya no la soportaba y pedí mi cambio de área, pero esa es otra historia…

En fin, la música regresó, me compré uno nuevo como todo buen peruano, usando la CTS (a.k.a. gratificación inesperada).

Hoy almorzaré fuera, y no porque no quiera probar los inventos de mi padre en la cocina, como la semana pasada que comimos un cau cau picante y mientras degustaba, mastiqué un tremendo pedazo de kión, pensando que era una papita… claro que disimulé y seguí comiendo, ya que sé que lo hace con la mejor voluntad del mundo…

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